PISCOISO

Peque�a rosa, rosa peque�a, a veces, diminuta y desnuda, parece que en una mano m�a cabes, que as� voy a cercarte y a llevarte a mi boca, pero de pronto mis pies tocan tus pies y mi boca tus labios, has crecido suben tus hombros como dos colinas, tus pechos se pasean por mi pecho, mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada l�nea de luna nueva que tiene tu cintura: en el amor como agua de mar te has desatado: mido apenas los ojos m�s extensos del cielo y me inclino a tu boca para besar la tierra.

Poema: Pablo Neruda
Foto: James C. Richardson
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